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Por Francisco Arias (Paciori)
Me encuentro hoy aquÃ, con gran humildad, representando la Sala Capitular de la alcaldÃa municipal de mi querido pueblo natal, Santa Cruz de Barahona, agradecido de la confianza que me ha sido otorgada muy consciente de la responsabilidad que se ha depositado en mi persona.
Se que estamos en medio de una crisis mundial por las grandes perdidas irreparables que ha ocasionado la terrible enfermedad mortal de la covid-19; pero aún bajo estas circunstancias seguimos en pie de lucha, tratando de brindar lo mejor que tenemos a nuestro munÃcipes de manera desinteresada y sin mirar banderÃa polÃtico, haciendo todo lo que este a nuestro alcance en favor de quienes lo necesiten.
Hoy mas que ayer quiero expresarle que los desafÃos que enfrentamos con este virus mortal son reales y cada dÃa más están tocando puertas cercanas, por tal motivo, debemos actuar con mucho cuidado frente a esta incómoda situación de rebrote que nos aqueja; poco importan las posiciones y medidas tomadas por las autoridades de salud frente a este mal tan extraño que ha cambiado nuestra forma de vivir, sin mirar estatus sociales.
Vamos a tomar medidas contra esta enfermedad, todos podemos hacerlo, y de forma conjunta lo haremos, pues no existe otra manera de enfrentar este mal que no sea cuidándonos unos a otros. Debemos cumplir los protocolos emitidos por las entidades de salud correspondiente y las autoridades pertinentes.
Muchas personas quieren saber si el gobierno esta o no haciendo su trabajo, a lo que yo le respondo que sÃ, se esta trabajando, pero nos toca a nosotros como ciudadanos ser responsables con nuestros actos ante las medidas establecidas.
Llego el momento de respetar las medidas sanitarias y responder al llamado de la vacuna como prevención de esta terrible enfermedad, ya que se encuentra en juego lo mas valioso que puede tener un ciudadano, "la vida", y no hay: dinero, medicina, posición, religión, raza ni color, en fin, no hay nada que pueda mantenernos al margen de este virus que no sean los cuidados necesarios y la mano protectora de nuestro señor Jesucristo.